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almansa

¡Qué mierda de movimientos fascistas!

Ahora me pregunto, el porqué se están dando estas manifestaciones fascistas en algunas ciudades españolas como Barcelona y Madrid. Y ¿qué relación están teniendo con la cumbre donde Chávez dijo fascista a Aznar y el rey intervino, en mi opinión, desjustada intervención, pues ya lo estaba haciendo y muy bien, por cierto, Zapatero.

Pero mi reflexión es un poco más profunda. Sin entrar en si tienen que hacer o no manifestación los extremistas del lado que sean, o si Blas Piñar convoca a Fuerza Nueva y sus ecuaces, que están trasnochados y fuera de juego ("aparentemente"); me gustaría hacer hincapié, como maestra y educadora en qué es lo que hay en esas cabezas que utilizan la ideología para destapar la agresividad que llevan contenida.

¿Por qué son agresivos? quizás por insatisfacción personal, inseguridad emocional, o qué se yo. Porque no quiero justificar estas conductas que llevan al maltrato material, contra los cristales de establecimientos, contenedores, etc, y personal -hasta llegar a matar  a su compañera-.

¿Qué formación tienen esos "individuos"? Saben lo que significa fascismo, por ejemplo. Porque de ser que sí, bien podrían utilizar otros medios que no fuesen violentos para manifestar sus ideas, si es que tienen cabida fuera de la violencia. Que utilicen la palabra oral o escrita, el diálogo, etc, pero no la fuerza bruta. Por favor, basta ya de tanta violencia. Esto se va a convertir en un campo de batalla. Por eso digo en el título, pero qué mierda quieren.

¿Vamos a conseguir algún día vivir en una sociedad tolerante, democrática, justa, solidaria; o por el contrario, esto llegará un momento que sea una utopía.? Vaya forma de empezar un lunes,...

¿Por qué muere tanta gente inocente?

Cada vez entiendo menos el comportamiento de las personas con las que convivimos en este mundo, sobre todo, a la hora de defender el derecho a la vida. En mi opinión, no se puede bombardear un país para buscar a Bin Laden; esto es una aberración. Pero nadie dice nada, por Dios alguien tendrá que frenar esto; ya que siempre son los países más pobres los que pagan el pato, como por ejemplo Somalia.

Por otro lado, en nuestro país, cómo "juegan" los políticos con las manifestaciones en contra del terrorismo, unos van, otros no van, unos que si ponen libertad, otros que....pero ¿realmente les interesa que haya paz y libertad para todos? yo empiezo a dudar.

Qué mundo....

intento otra vez

como haré una grabación

http://odeo.com/show/4533343/1331733/download/Untitled-FriDec22100308UTC2006.mp3

¿Cómo está la Educación Infantil?

Una vez más intento comunicarme con vosotros. Esta vez lo hago como madre de una niña de 2 años, cumple los 3 en diciembre, y asiste por primera vez a la escuela “pública”. Os voy a contar como veo esta experiencia. La niña empieza con  un periodo de adaptación durante dos semanas, que en algunos casos, es más una “desadaptación”, pero no es aquí donde me quiero centrar, si no en la adaptación a todos los maestros que pasan por el grupo: inglés, música, religión, educación física y su “maestra”.

Cuando hablamos de fracaso escolar, quizá habría que buscar el origen, no en la ESO, sino en la EI. Con una jornada de 9 a 2, con  media hora de recreo. Casi dos horas de religión semanales ( con libro  por supuesto, y eso que es escuela pública) – mi hija no tendrá religión -, con una hora escasa de psicomotricidad. Y todos los días inglés, creo que es media hora, que es muy buena idea si no fuera porque también llevan libro. Más los libros del  Proyecto, por llamarlo de alguna manera, más cuadernos de escritura y cálculo.Ahora yo me pregunto y lo pongo en palabras de Tonucci, en este centro ¿con quién están?, ¿con los niños o contra los niños?. Juzguen ustedes leyendo estas breves líneas.

LA EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN

LA EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN

 

         Después de leer el último número de Cuadernos de Pedagogía, os animo a reflexionar sobre los siguientes interrogantes:

ü                ¿Dime cómo evalúas y te diré hasta qué punto eres innovador?

Es muy difícil que todos los profesores coincidamos en la manera de evaluar por varios motivos o razones:

1º.- Porque en el cómo evaluar interviene nuestra ideología, forma de ser, de pensar y de actuar en la vida. Es decir, depende del paradigma donde nos situemos, si es científico, humanista o de otro tipo intermedio, así evaluaremos.

2º.- Ahora bien, ¿qué dice la legislación al respecto?. Por ejemplo, en el tema de la titulación en 4º de ESO, lo deja lo suficientemente abierto ¿para que entre los profesores surjan ciertas polémicas?, o ¿para que intentemos llegar a acuerdos desde los distintos paradigmas?.

3º.- ¿Hasta qué punto somos innovadores? ¿ Hemos cambiado nuestra forma de evaluar, o seguimos haciéndolo como cuando nos evaluaban a nosotros?

        A mí nunca me ha gustado la situación de examen, me parece estresante y aunque a veces, el estrés es necesario para generar tensión y por ella el aprendizaje o mejor dicho, el conflicto cognitivo, no quiero esa situación para mis alumnos. Cuando la situación en el aula es de “calma psicológica” el aprendizaje fluye de manera natural.

        Por favor, vamos a reflexionar sobre nuestra experiencia como alumnos, sobre nuestras evaluaciones, para qué servían los exámenes que hacíamos, etc.

ü                ¿Para qué evaluar? Y ¿cuál es su función y relación con el proceso de enseñanza-aprendizaje?Las pruebas objetivas externas no sirven ni para saber lo que el estudiante realmente sabe ni para tratar de que sepa más. Es posible que resulten útiles para clasificar y ordenar a los estudiantes, incluso para comprobar si saben o recuerdan lo que alguien, en algún despacho, ha considerado que deberían saber o recordar.

Como creo que esto es así, en las pruebas objetivas que se realizan en mi aula, el alumno sabe las preguntas que tiene q      ue hacer porque el objetivo último es que sepa o conozca lo que yo quiero que conozca. Pero este es otro error, ¿por qué tiene que ser lo que yo quiero, que a veces está tan lejos de lo que ellos quieren? Quizás deberíamos programar de manera conjunta y marcar los centros de interés entre toda la comunidad educativa, ¿es esto posible o es una utopía?

        Hay autores que piensan que la evaluación no tiene como misión indagar sobre todo aquello que el alumno sabe, sino sobre sí sabe lo que está previsto que sepa. En la medida en que esté definido con claridad lo que el estudiante debe saber, la tarea de evaluar consistirá en medir la distancia entre eso que debe saber y lo que realmente sabe.        En una ocasión, una profesora de matemáticas, me dijo que para que les servía a los alumnos con necesidades educativas especiales aprender ecuaciones o sistemas de ecuaciones. Yo le contesté qué  para qué les servía a los suyos. O quizás habría que preguntarnos, si es que se trata de “servir”, para qué sirve lo que aprendemos en la escuela: analizar oraciones, clasificar animales, etc.        Ahora bien, si pensamos que esos son los medios para conseguir otros fines, como son “mover” las estructuras “mentales”, todo sirve que no quiere decir que todo sea funcional, que eso es otra cosa. Por eso, no podemos tener a los alumnos toda la vida aprendiendo las tablas de multiplicar y no avanzar en otros contenidos matemáticos. Hay que facilitarles los automatismos, por ello usan la calculadora en clase, porque lo que quiero conseguir es algo más profundo, es que en el interior de sus “cabecitas” se produzcan verdaderos cambios. Esto es muy ambicioso por mi parte, pero es lo que me motiva cada día para seguir con esta ardua labor.        Pero en muchas ocasiones, lo que más trabajo me da, aunque parezca paradójico, no es el trabajo directo con los alumnos, si no con los profesores que hay que “convencer” para que intenten ver  a los ACNEEs desde otros puntos de vista. Aquí me estoy refiriendo al tema de la titulación en 4º ESO. (esto lo comentaré en otro momento)ü                La misión de cualquier docente debería ser la de propiciar aprendizajes, no la de comparar sujetos.

A los adultos nos gusta mucho comparar, lo hacemos las madres con nuestros hijos desde que nacen y lo hacemos  los maestros con nuestros alumnos desde que entran por la puerta en el aula. Vaya manía la nuestra. En vez de compararlos, vamos a ampararlos, quizás la cosa cambie.

         Hace ya algún tiempo ví escrita una de esas frases que me llamaron la atención y ésta hacía referencia a los pilares del conocimiento  y decía así:Los pilares del conocimiento son:-         Aprender a conocer-         Aprender a hacer-         Aprender a vivir juntos-         Aprender a serSi esto es así, habrá que evaluar el conocer, el hacer –los procedimientos-, la convivencia –vivir juntos- y el ser ; ¿qué difícil es evaluar?.Si se aprende así, deberemos enseñar así, es decir, deberemos enseñar conocimientos (a veces se confunden con contenidos conceptuales), debemos enseñar procedimientos, debemos enseñar a vivir juntos, y debemos enseñar a ser personas. Qué complicado es enseñar...

Más de EDUCACIÓN. Espero contestar a Fabio

         Cuando un sindicato comenta lo mala que son las leyes actuales de educación y que es la diversidad la que entorpece los niveles en las aulas, es obvio reconocer que tiene una ideología conservadora. Aunque no quiero decir que todas las personas "conservadoras" no atiendan bien a la diversidad. Pues, en muchas ocasiones, es una falacia pensar que profesionales "progresistas" tengan un estilo de enseñanza progresista y lleven a cabo metodologías innovadoras. Claro que, quizás no sean progresistas, sino que se hacen llamar así.         Perdona que siga haciendo hincapié en que hay que introducir en el aula estilos de enseñanza diferentes para hacer frente a los diferentes estilos de aprendizaje de nuestros alumnos.En nuestra profesión se trabaja según la ley que marca cada uno. Es decir, hay profesores que trabajan igual que hace 10, 15 ó 20 años; y les da igual la ley que esté vigente. Ellos lo verbalizan y se enorgullecen de ello porque piensan que es bueno par los "chavales" y para ellos. Por ejemplo, cuando evaluamos los conocimientos previos, realmente pensamos que valen para algo, o ya tenemos nuestra programación de todos los años, independientemente de lo que sepan o conozcan los alumnos que tenemos delante. Y las ideas de currículum en espiral, funcionalidad de los aprendizajes, el concepto de "andamiaje", en definitiva, el constructivismo, ¿ lo llevamos a la práctica?. Es más, nos hemos parado a reflexionar sobre esta filosofía, es decir, nos hemos preguntado ¿cómo consigue un profesor enseñar, lo que en definitiva, un alumno tiene que construir por sí mismo?.Esto no sucede en otras profesiones; un médico no trabaja igual que hace 20 años, ni un albañil, ni un agricultor. Pero aquí, nos negamos  a avanzar con los tiempos y pensamos que es la tecnología la que nos va actualizando. Eso es verdad a medias, si no progresan las "mentes" que aprietan los botones, no hay avance. O quizás, no interesa ciudadanos con una mente crítica y reflexiva, sino autómatas que estén entretenidos con las tecnologías.Avanzar en educación es algo más, es atender a todos los alumnos que hay en el aula, sean inmigrantes, superdotados, con necesidades especiales o "normales", ya que también hay diversidad de maestros, conserjes, personal de administración, equipos directivos, etc. Es decir, la diversidad es intrínseca a la naturaleza humana.Pero es más, cuando digo que nos limitamos a dar lso contenidos que vienen en los libros, también dejo implícito que las editoriales son las que adelantan a las reformas, porque tienen otro tipo de interés, el económico. Mientras dejemos que sean ellas las que nos marquen las líneas pedagógicas iremos por mal camino. Hasta que no nos paremos a reflexionar conjuntamente qué queremos que sepan y cómo queremos que sean nuestros alumnos y para qué y cómo lo vamos a conseguir no estaremos intentando paliar el tema tan traído y llevado del "fracaso escolar " . Y, por supuesto, con una evaluación externa en los centros, como la que se está haciendo,  no se va a conseguir nada.También quisiera hacer otra observación: con el mismo sistema educativo y las mismas leyes hay centros que intentan cambiar la educación, y se intentan hacer cosas novedosas, programas diferentes para alumnos diferentes. Pero por esta zona esto queda un poco lejos y más lejos todavía, si la administración lo intenta paliar llevando a los centros más ordenadores  o pasando unas pruebas para evaluar los niveles.¿Quién revisa los proyectos de centro, las programaciones, etc? Estos materiales que marcan la filosofía de un centro y que, en muchas ocasiones, son copias unos de otros e incluso de las editoriales. Se nos olvida que son ellas las que tienen que estar al servicio de nosotros y no al revés. ¿Qué sería de la medicina si fuesen los laboratorios los que solucionan la enfermedad de los pacientes?.La verdad es que pienso que no interesa cambiar nada, ya que si interesase, tendríamos que saber que para "mover " hay que "remover" y esto no tiene una buena acogida en los centros. Como mucho "remover" se entiede como cambiar los nombres, aulas por aulas-materia, integración por inclusión, etcPero no sería bueno justificar nuestra desidia y echarle la culpa al sistema, porque cuando llega fin de mes no tenemos dejadez para cobrar nuestro salario o reivindicar nuestras vacaciones.Os animo a dialogar sobre este tema, a intentar solucionar pequeños problemas cotidianos, a reflexionar sobre la educación que estamos impartiendo, y sobre  cómo son las relaciones con las familias y su implicación en los centros; en fin, sobre nuestra labor cotidiana. !Ah! también se me olvidaba el trabajo en  equipo entre los profesores. ¿Cómo vamos a enseñar a nuestros alumnos a trabajar en equipo, si nosotros no lo hacemos? ¿Cómo vamos a transmitir normas cívicas o de cortesía si nosotros no las tenemos? A veces, un saludo es un acto de buena EDUCACIÓN

educación especial

Día 23 de mayo         Estaba en la sala de profesores cuando irrumpieron personas que venían a informar al claustro ; eran de un sindicato, que por lo que voy a comentar, no será difícil descubrir a qué sindicato representaban.

Al principio estuve ajena a la conversación que mantenían con algunos compañeros, pero poco a poco me fui enganchando porque empezaron a hablar sobre las horas de atención a alumnos, creo que dijeron que con la nueva ley de educación, ya no se contabilizarán los periodos lectivos de 50 minutos sino de una hora.

Pero esto no fue lo que más me llamó la atención, ya que el “señor” siguió hablando con mucha soltura de los “niveles” que tienen los alumnos. Y es aquí donde quiero hacer hincapié para decir públicamente que habría que revisar el concepto de atención a la diversidad y qué tipo de metodologías hay que aplicar en el aula para que esto sea posible. Ya que no creo que sea muy lícito decir que atender a la diversidad, suponga bajar los “niveles”, a la vez que se hacen  grupos homogéneos (algo así quise oír en la sala).

         Ya estoy harta de oír que los alumnos con dificultades son los que hacen bajar los niveles de una clase. Primero habrá que puntualizar:

-          a qué niveles se están refiriendo, ¿a los que marcan los libros de texto? o ¿ a cuáles?.pero sea lo que sea, estoy segura que no se han parado a reflexionar qué contenidos se corresponden para qué objetivos, y a qué tipo de persona queremos educar y no digo sólo enseñar.

-          ¿Y los materiales? ¿Son diversos o son iguales para todos?.

-          Si alguien cobra por ser un profesional de la enseñanza debe saber que atender a la diversidad, es atender a la individualidad, según sus capacidades, intereses y motivaciones.

-          Es más, creo que se “da clase” para la media; es decir, ni se profundiza en los alumnos que son más capaces, ni se adapta para los alumnos que tienen más dificultades.

-          Aún hay más, si el comportamiento de estos alumnos en clase es bueno, en muchas ocasiones, pasan desapercibidos.

Ahora bien, cabría preguntarse por qué esto es así. Sin ánimo de ser exhaustiva, me atrevería a decir que es porque dicen que los temarios son muy amplios, porque el número de alumnos en el aula es excesivo, porque los alumnos se comportan muy mal, porque las familias no colaboran, etc.

Pero yo añadiría, nos  hemos cuestionado cómo es nuestra forma de enseñar a los alumnos de nuestras aulas, o seguimos enseñando con metodologías que ya están obsoletas.

Os animo a reflexionar cómo enseñamos a nuestros alumnos y cómo aprenden ellos y qué enseñar, para qué (Mannie Jonson) le llama final esperable.

                                                    Hasta la próxima

                                                    Un saludo para los lectores

reflexiones de una profesora de pedagogía terapéutica

FORO EDUCATIVO
            Es la primera vez que me acerco a un foro de estas características. Por ello, no sé si el tema o temas que voy a exponer serán adecuados, pero espero que estas pequeñas “reflexiones” susciten el interés de los asistentes a la red.

La primera de ellas y, dado que además de ser profesora de pedagogía terapéutica, ejercí durante ocho años como maestra de Educación Infantil, lo cual agradeceré toda mi vida, pues creo que es una formación muy necesaria para la labor de un docente, es hablar de lo que es un “maestro” y lo que ello implica.

            He detectado en algunos centros educativos distinciones entre maestro y profesor, es decir, hay profesores de secundaria que no quieren que sus alumnos le llamen maestros. En mi opinión creo que el término maestro lleva implícito una filosofía de la vida y de la manera de ser de cada uno que es transmitida a un determinado grupo de alumnos y, hablar de profesor, a mi juicio, implica aspectos más didácticos; se refiere a una persona que enseña contenidos o conceptos. Ahora bien, cabría preguntarnos ¿qué interesa en esta sociedad que presume de libertad y democracia y que nos bombardea continuamente “con basura” en los medios de comunicación?
Si somos sinceros con nosotros mismos y con nuestros discentes tendríamos que decir que interesan chicos que sepan muchas cosas, que estén activamente ocupados todo el día, que no molesten demasiado en casa, que sean autónomos, pero no para desarrollarse plenamente como persona libre y responsable sino para que nos dejen en paz y tranquilos.
En este sentir quisiera manifestarme añadiendo que a los niños hay que enseñarles a pensar y que eso no es “perder el tiempo”. Pensar es una función racional que nos distingue de los animales y que en estos tiempos no está de moda, es más está en desuso. Pensar por qué hago esta u otra actividad, por qué tengo este u otro amigo, por que é veo este programa de  televisión o estoy oyendo esta determinada canción, un gran número de porqués, que sólo alguien que es capaz de reflexionar consigo mismo intentará dar respuesta.
Por ello, quisiera reseñar que nuestra labor es ardua si queremos conseguir personas pensantes y no autómatas, porque para ello tenemos que luchar con muchos subsistemas sociales que comienzan desde las propias familias hasta nuestros propios compañeros. Pero dado que soy una persona optimista, pienso que si tenemos el reconocimiento de nuestros alumnos y alumnas es la mejor batalla que podemos ganar.
            La segunda reflexión, e hilvanando con la anterior, es que cuantas veces incidimos más en lo que el niño sabe o tiene que aprender, que en lo que el niño siente.
La afectividad, esa parte tan importante de nuestra personalidad, que a veces está tan abandonada o confundida en la manera de afrontarla, es la base para que el niño o niña, de cualquier nivel educativo, realice sus aprendizajes.
Un chico que es querido, valorado y escuchado tanto en la escuela como en su familia, es un chico que podrá afrontar las dificultades, sus pequeños problemas y podrá avanzar en la construcción de sus aprendizajes.
Ahora bien, no hay que confundir el ser querido con darle “cosas”, ya que no me estoy refiriendo a aspectos materiales sino a aspectos intrapsíquicos del sujeto que dejan una impronta en su interior y que con ella funcionarán toda su vida.
Además, la sensibilidad que tienen para captar cuando realmente se les aprecia es algo que los mayores pensamos que se puede fingir pero no ocurre así. Nuestros acercamientos a los chicos, sobre todo en la primera infancia, han de ser sinceros, transparentes para que puedan llegar con plena claridad a su interior.
Pero para todo lo que he dicho anteriormente es fundamental que  al niño se le den normas claras, que se le diga “no” sin más cuando sea necesario y que esas normas no sean contradictorias por un lado, en el contexto familiar y por otro, que exista un acuerdo entre el ámbito escolar y el familiar.
La tercera y última reflexión irá encaminada a la atención a la diversidad. Tema que se aborda en muchos debates y foros, pero que me gustaría matizar un poco. Hay tres aspectos que, sin ánimo de ser exhaustiva, quisiera  reseñar:
1º.- Habría que cuidar más el aspecto diagnóstico de los alumnos con necesidades educativas especiales, en el sentido de que la detección sea lo más pronto posible y que los dictámenes sean más clarificadores – la mayoría son alumnos con discapacidad psíquica ligera-. Esto no facilita mucho la intervención, sobre todo en los centros de secundaria.
2º.- Hay profesores de pedagogía terapéutica que dedican parte del horario a cubrir bajas de otros compañeros o a suplir horarios de miembros del equipo directivo. Esto en mi opinión, va en detrimento de la atención a la diversidad, convirtiéndose así en un recurso poco valorado en un centro.
3º.- Por último, si perseguimos una enseñanza de calidad para los alumnos y alumnas castellano manchegos, habrá que hablar en los centros de algo más que de aulas Althia o ratio o más profesorado, en definitiva, de más recursos; y habrá que hablar sobre qué hacen los alumnos cuando están en las aulas, esto supone hablar de trabajo cooperativo en las mismas, sustituyendo, parcialmente, la ayuda del profesor por la de los iguales situando a los alumnos en una práctica guiada ( no dependiente), cada vez más autónoma.
A su vez, es esta una potente estrategia para la atención a la diversidad. Precisamente el trabajo cooperativo necesita de la diversidad; se basa en ella. Es la heterogeneidad natural que encontramos en todo grupo lo que posibilita el que los alumnos y las alumnas aprendan entre sí. Además, crear un ambiente en el aula feliz  y prosocial es fundamental para obtener buenos resultados afectivos, interpersonales y por extensión académicos.
Desde la Universidad o desde las Escuelas de Magisterio, ¿ se prepara al profesorado para que en el aula aborde cambios metodológicos de esta envergadura o se les prepara para que se limiten a transmitir los contenidos de un determinado libro de texto?. Y los contenidos, ¿se revisa la secuenciación de los mismos?, ¿hay coordinación entre primaria y secundaria? Los profesores piensan que el temario a veces es excesivo y que hay que cumplirlo. Y que por ello no se puede atender “bien” en el aula a los alumnos con necesidades educativas especiales; como si atender a la diversidad se limitase exclusivamente a estos alumnos. 
A mi juicio, esto supone un potente cambio metodológico, que para que sea realmente asumido por el alumnado y por el profesorado, será necesario que se aborde desde el máximo número de materias que sea posible.
            Para ser mi primera intervención en este foro, creo que me he pasado. Perdonad por la extensión. Podría matizar muchos más aspectos, pero lo haré si hay respuestas a algunas de las reflexiones que he planteado.
maestra y Profesora de Pedagogía Terapéutica