educación especial
Al principio estuve ajena a la conversación que mantenían con algunos compañeros, pero poco a poco me fui enganchando porque empezaron a hablar sobre las horas de atención a alumnos, creo que dijeron que con la nueva ley de educación, ya no se contabilizarán los periodos lectivos de 50 minutos sino de una hora.
Pero esto no fue lo que más me llamó la atención, ya que el “señor” siguió hablando con mucha soltura de los “niveles” que tienen los alumnos. Y es aquí donde quiero hacer hincapié para decir públicamente que habría que revisar el concepto de atención a la diversidad y qué tipo de metodologías hay que aplicar en el aula para que esto sea posible. Ya que no creo que sea muy lícito decir que atender a la diversidad, suponga bajar los “niveles”, a la vez que se hacen grupos homogéneos (algo así quise oír en la sala).
Ya estoy harta de oír que los alumnos con dificultades son los que hacen bajar los niveles de una clase. Primero habrá que puntualizar:
- a qué niveles se están refiriendo, ¿a los que marcan los libros de texto? o ¿ a cuáles?.pero sea lo que sea, estoy segura que no se han parado a reflexionar qué contenidos se corresponden para qué objetivos, y a qué tipo de persona queremos educar y no digo sólo enseñar.
- ¿Y los materiales? ¿Son diversos o son iguales para todos?.
- Si alguien cobra por ser un profesional de la enseñanza debe saber que atender a la diversidad, es atender a la individualidad, según sus capacidades, intereses y motivaciones.
- Es más, creo que se “da clase” para la media; es decir, ni se profundiza en los alumnos que son más capaces, ni se adapta para los alumnos que tienen más dificultades.
- Aún hay más, si el comportamiento de estos alumnos en clase es bueno, en muchas ocasiones, pasan desapercibidos.
Ahora bien, cabría preguntarse por qué esto es así. Sin ánimo de ser exhaustiva, me atrevería a decir que es porque dicen que los temarios son muy amplios, porque el número de alumnos en el aula es excesivo, porque los alumnos se comportan muy mal, porque las familias no colaboran, etc.
Pero yo añadiría, nos hemos cuestionado cómo es nuestra forma de enseñar a los alumnos de nuestras aulas, o seguimos enseñando con metodologías que ya están obsoletas.
Os animo a reflexionar cómo enseñamos a nuestros alumnos y cómo aprenden ellos y qué enseñar, para qué (Mannie Jonson) le llama final esperable.
Hasta la próxima
Un saludo para los lectores